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LECCION 16. ADVERBIO DEMOSTRATIVO DE LUGAR tie

16.1. Adverbio demostrativo de lugar tie

El adverbio demostrativo de lugar en esperanto es tie (ahí, en ese sitio), con el matiz de proximidad ĉi tie (aquí, en este sitio).

La telero estas tie
El plato está ahí
La libroj estas ĉi tie
Los libros están aquí
Mi trovis vin tie kaj lin ĉi tie
Te encontré ahí, y a él aquí
Tie la vetero saxjnas tre agrabla
Ahí el tiempo parece muy agradable

 

16.2 Preposición kun

 La preposición kun (con) expresa acompañamiento. Aunque en castellano se emplea la misma preposición también con sentido instrumental (La rompi con un martillo), no se debe olvidar que el sentido instrumental se cubre en esperanto con la preposición per, ya vista. En esperanto la preposición kun se utiliza únicamente para expresar acompañamiento.

La viro venis kun sia amiko
El hombre vino con su amigo
Mi promenos kun vi
Yo pasearé contigo
La knabo kun tiu viro estas lia frato
El chico con ese hombre es su hermano

 

16.3. El adverbio for

Se trata de un adverbio de lugar, con significado de lejos. Puede usarse independientemente, como en la frase Li iris for de mi (Él se fue lejos de mi); pero es más frecuente encontrarlo como prefijo que modifique el sentido de palabras previas:

foririforpeli
alejarserechazar, ahuyentar
forkuriforpreni
escaparsearrancar, quitar
forlasi
abandonar, dejar solo
formanĝi
consumir
fortrinki
beberse algo

 

16.4. Verbo modal povi

El verbo povi tiene el significado de poder, y acompaña a otro verbo que expresa la acción que es o no es posible.

Mi povas paroli 
Puedo hablar
Mi povis paroli
Yo podía hablar 
Mi povos paroli
Yo podré hablar 
Mi volas povi paroli 
Yo quiero poder hablar 

16.5 Vocabulario

elfuera   peliconducir, perseguir
ĉircaux  alrededor   poŝobolsillo
forlejos   rajdicabalgar
fruatemprano   rapidi    apresurarse
glavoespada   restiquedarse, permanecer
horohora   saĝaprudente, sabio
kuncon   tieahí; en ese sitio
lasidejar    vokillamar

 

16.6. Lectura

 

MALAMIKOJ EN LA DEZERTO.

 

Juna viro kaj lia saĝa patro volis iri trans la dezerton, kun siaj amikoj. La amikoj estis fortaj, kaj la juna viro estis tre kuraĝa. Ili restis en malgranda urbo dum la nokto, kaj forrajdis kun tiuj amikoj. La patro kaj la filo opiniis ke la amikoj kun ili povos helpi per siaj akraj glavoj.

Ili opiniis ke ili povos forpeli la malamikojn. Eĉ en la dezerto oni trovas malamikojn. Tiaj malamikoj forprenas la monon de bonaj viroj. La juna viro estis kontenta, ĉar li estis kun la amikoj. La maljuna viro estis kontenta ĉar li estis kun sia filo. Baldaŭ la nokto venis. Estis tre malluma tie en la dezerto, kaj ili preskaŭ ne povis vidi.

Dum la fruaj horoj de la nokto la patro aŭdis voĉojn, kaj preskaŭ tuj li vidis la malamikojn. La ruzaj malbonaj viroj rapidis tien, kaj vokis la maljunan viron. La malkuraĝaj amikoj de la patro kaj filo nek restis tie, nek helpis forpeli la malamikojn. Ili tuj forkuris. La malamikoj staris ĉirkaŭ la patro, kaj forpuŝis lin de lia ĉevalo. La filo volis malhelpi ilin, sed li ne povis.

Li povis nur resti kun la patro, kaj gardi lin tie kontraŭ la glavoj de la malamikoj. Baldaŭ la malamikoj komencis forpreni la monon el la poŝoj de la saĝa maljuna viro. La kolera filo diris per maldolĉa (”bitter”) voĉo ”Ĉu vi ne hontas? Ĉu vi lasos al ni nek la ĉevalojn nek nian monon?” Sed la malamikoj respondis ”Ne, ni lasos al vi nek la ĉevalojn nek la monon. Ni ne estas malsaĝaj.” Post tiu diro ili tuj forrapidis, kaj prenis kun si la ĉevalojn.

 

ENEMIGOS EN EL DESIERTO

 El hombre joven y su sabio pare querían ir a través del desirerto, con sus amigos. Los amigos eran fuertes, y el joven hombre era valiente. Ellos se quedaron en una pequeña ciudad durante la noche y cabalgaron con sus amigos. El padre y el hijo creían que los amigos con ellos podrían ayudarles  mediante sus afiladas espadas.

 Ellos pensaban que podrían repeler a los enemigos. Incluso en el desierto encuentra uno enemigos. Tales enemigos arrancaban el dinero a los buenos hombres. El hombre joven estaba contento porque estaba con sus amigos. El hombre viejo estaba contento pues estaba con su hijo. Enseguida llegó la noche. Estaba muy oscuro, ahí en el desierto, y casi no podían ver.

 Durante las tempranas horas de la noche el padre oyó voces, y casi inmediatamente vio a los enemigos. Los astutos malhechores se apresuraron hacia allí y llamaron al hombre viejo. Los cobardes amigos del padre y del hijo ni se quedaron ni ayudaron a repeler a los enemigos. Inmediatamente se dieron a la fuga. Los enemigos se dispusieron alrededor del padre y lo empujaron de su caballo. El hijo quería impedirlo, pero no podía.

 Sólo podía quedarse con el padre, y vigilarle ahí, contra las espadas de los enemigos. Pronto los enemigos comenzaron a sacar el dinero del bolsillo del sabio anciano. El joven dijo con amarga voz: “¿No te da vergüenza? ¿No nos dejarás ni el dinero ni los caballos?”

 Pero los enemigos respondieron: “No, no os dejaremos ni los caballos ni el dinero. No somos tontos. Y tras estas palabras huyeron y llevaron consigo los caballos.

 

 

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